La primera evidencia en Africa del uso de una especie de henna como colorante, se encontró en la momia de Ramsés II. Muestra manos y pies teñidos de un color rojizo. Algunos aseguran que Cleopatra la utilizaba.
egipcios. Sorprenden los numerosos productos colorantes que conocían y su habilísima manera de prepararlos para darles viveza, realce y hacerlos inalterables. Los egipcios conocían una técnica llamada “mordiente”, a través de la cual conseguian teñir un tejido con matices diferentes empleando una misma materia colorante.
Muchos de estos secretos de la antiguedad se han perdido, y hoy día no se saben preparar muchísimos de los tintes que para la decoración de las piedras, mosaicos y tejidos usaron los antiguos, como no se conocen las maneras que tenían de preparar muchos de sus brillantísimos colores los antiguos mexicanos y peruanos.
Muchas de estas materias colorantes llegan a alcanzar una fama imperecedera, del cual sucedió en la célebre “púrpura de Tino”, cuya verdadera preparación hoy se desconoce, se sabe únicamente que las había de varias especies y que procedían de materias colorantes suministradas por ciertos moluscos, es muy probable que entrasen también en la preparación algunas sustancias vegetales.
El número de productos colorantes que los antiguos conocían y
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preparaban eran, sí se han de crear ciertas relaciones, muy superior a los que actualmente se emplean, a pesar de los grandes progresos que las industrias ofrecen.
Los antiguos conocían, también, el empleo de lacas procedentes de materias colorantes de origen orgánico, circunstancia que probó de un modo indudable el célebre químico inglés Davy por el análisis de pinturas y adornos de antiguos monumentos romanos y pompeyanos. Hoeffer aseguró que los colores utilizados en los jeroglíficos que adornan las cajas de las momias egipcias son también de naturaleza orgánica.
lo que hoy es una acción rutinaria, a principios del siglo XX era todo un martirio.
En 1901 eran los boticarios los que vendían los ingredientes para preparar los tintes y, para la década de los 30, las fórmulas contenían demasiada toxicidad aún, por lo que las mujeres debían ser muy valientes al aguantar hinchazón en los ojos y ampollas en la piel, si querían transformarse.
En los salones de belleza de esos tiempos, los estilistas sufrieron demandas por daños y perjuicios, debido a que las fórmulas que aplicaban a sus clientas les provocaban intensos dolores de cabeza.
En esta misma década, la industria hollywoodense dio cuenta en sus pantallas en blanco y negro de las cabelleras rubias y se filmó la película Rubia platinada , con Jean Harlow.
Tan sensacional lucía el color rubio, que se desató un fenómeno entre las adolescentes, todas querían tener la cabellera igual que Harlow.
Las fórmulas que se preparaban contenían peróxido de 20 volúmenes y amoniaco, una verdadera tortura.
Para 1950 sólo 7 por ciento de las mujeres se pintaban el cabello, dos décadas después era ya 70 por ciento , debido a que en una sola fórmula se podía encontrar el decolorante y el tinte.
En la actualidad, las mujeres lo puede aplicar por sí solas, sin ayuda y sin la incomodidad de primero decolorar y luego teñir.
Hoy en día, los tintes contienen ingredientes que se preocupan por la calidad del cabello y por mantenerlo radiante.
En un sondeo realizado en México entre mujeres de diversas edades, la gran mayoría coincide en señalar que asocian la palabra tinte con cabellos rubios o tonos rojos, mientras que para los hombres la primera opción es pensar en rubios. El color rubio atrae a todos de una manera innegable.
Pero viendo en retrospectiva, las romanas quedaron subyugadas por los cabellos dorados de las nórdicas, y buscaron la manera de lucir esa luminosidad capilar.
Con los años, el rubio ya se institucionalizó y es sinónimo de sugestión, sensualidad, divinidad y muchas cosas más. Pero hoy están de moda no sólo los tonos rubios, sino los caobas y rojos para las más atrevidas.
Las tendencias imponen desde los discretos tonos cafés, cobres, rubios cenizos y chocolates hasta los rojizos muy llamativos. Los mechones y los rayitos continúan vigentes. La gama de colores que se ofrece en el mercado es diversa, todo depende de cómo quiera verse cada mujer.
Según Claudia Ospina, experta en tinturas, los rojos son perfectos para las atrevidas y extrovertidas. Para las clásicas y conservadoras, los tonos castaños y mieles.
Si se busca un cambio rejuvenecedor, hay que olvidarse del negro porque endurece las facciones y aumenta la edad.
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